...se debe comprender que, actualmente la seducción es lo que reduce el desatino, lo artificial lo que favorece el acceso a lo real,lo superficial lo que permite un mayor uso de la razón”.
Gilles Lipovetsky - “El imperio de lo efímero.
Parece que caminamos sin rumbo desde que cayó el muro, ahora todo se mueve tan rápido que parece estático.En esta velocidad no puedo ni siquiera sentirme, me encuentro en nada y en todo a la vez. A veces siento catarsis en las mayores nimiedades y un vacío en las salas de artes, creo que mi espíritu ha muerto. Creo que el imperio de la razón lo ha matado, Creo que ha matado el de todos nosotros.
La modernidad desde Tomas Hobbes y Robert Boyle ha separado lo humano de lo natural, ha creado una organización sintética del mundo que nos ha negado otra forma de enaltecimiento del espíritu que un conocimiento radical de una “realidad” que no dejaba de ser una construcción frágil.
Desde que la razón radical ha dejado de ser un gran faro que nos guía y nos cuida del mal, desde que hemos sido abandonados en un desierto de contenido e imágenes se hace más evidente la necesidad de recuperar un mundo espiritual.
Las dialécticas del espectáculo pretenden activar la mecánica productiva de nuestro deseo.Las imágenes que nos seducen son transformadoras y tienen la capacidad de construir espacios de existencia.
La idea de una aparición que toma la formas provenientes del entramado espectacular cada vez parece tener más sentido.En un lugar tan frío como este debemos construir nuestros propios acercamientos a lo etéreo, a lo espiritual. Los procesos de síntesis falsarios por los que son construidas las imágenes del entramado del “espectáculo” son lo único que parece puede generar algún tipo de acercamiento que hiera nuestras sensibilidades sobre estimuladas.
Uno de los muchos poderes del artista es el de recoger todos esos fragmentos para construir o mediar en una experiencia trascendental, ese es el objetivo de la pieza crear una “aparición” estética a través de fragmentos del desierto de contenido en el que vivimos.
Ella hace todo por seducirme es una instalación interactiva en la que se invita al público a invocar una aparición audiovisual encendiendo velas. La aparición toma la forma de un fragmento de audio procesado de las vocales de “Yo Voy” de Zion y Lennox acompañados de un sonido de textura ambiental e imágenes proyectadas sobre una cortina. El conjunto se articula como una experiencia inmersiva sobre los diferentes mecanismos de síntesis con los que se construye nuestra realidad.